Puchas que cuesta escribir en las actuales circunstancias. Demasiada tensión, demasiado suspenso, demasiados rumores, demasiadas emociones encontradas. También el saber que cualquier cosa que uno exprese libremente, puede ser mal interpretado, herir a alguien. Escribo esto a último minuto, apurado (perdón) ya que los hechos se suceden veloces y lo uno escriba, fácilmente puede quedar fuera de foco.
Tras semanas de movilización histórica para la Región de Aisén, con pasiones desatadas, rabia acumulada, resentimiento, represión nunca vista, y también mucha solidaridad y creatividad…Mucha bajeza y grandeza… Queda en el ambiente el olor fétido del humo de basura quemada, calles llenas de chatarra (da para un tremendo negocio), con montones negros y de alambres de neumáticos, árboles cortados, vitrinas protegidas por terciados, una cantidad impresionante de borrachos, una sensación de expectante calma, suspenso, mientras, se suceden las reuniones, declaraciones y cede el bloqueo, mientras el gobierno anuncia, no que va a resolver el petitorio de los 10 puntos, sino de 50 soluciones para la región, tal como si estuviera jugando truco. Bueno, se sabe en que consiste ese juego. Y la gente se pregunta ¿en que ira a terminar esta gesta? Se pregunta si su sacrificio de tres semanas tendrá compensación, o si nuevamente solo nos llevaremos unas golosinas y calmantes. Duele también, que mientras muchos sufren, otros hagan su sucio negociado o corran desesperados a acaparar apenas aparece algún producto del norte.
Como ya decíamos hace dos semanas, pretender cambiar en un petitorio el modelo centralista neoliberal (y la cultura consumista de dependencia por añadidura), se ve bastante improbable. Lo lógico es más de lo mismo, soluciones de parche, subsidios y bagatelas, pero de fondo, poco o nada. Pero, seamos positivos, esos cambios no se logran de un día para otro, es un proceso que requiere mas que la actual movilización. En una de esas, hasta con las golosinas habremos avanzado harto. Esperamos toda esta movilización también sirva para eso, para crear conciencia regional, para aminorar dependencia. Porque cuando caiga la intendenta, un símbolo, eso que a muchos causara alegría, la verdad es que cambia poco el fondo del problema.
Entre los pensamientos de estos días, vale destacar aquel de que el centralismo también lo hacemos nosotros, los que dependemos de el, los que dependemos de respuestas y soluciones desde el centro…Cambiarlo suena a utopía… pero es la topía de la propuesta ciudadana de Aisén Reserva de Vida y que solemos olvidar en la contingencia. La contingencia debemos verla en perspectiva de un plazo, de un proceso mayor. Y la descentralización debe comenzar por uno mismo, en autarquía, en in-dependencia. Mas, producto, energía, diseño, cultura, espíritu regional – regionalista. Más creer en nosotros mismos, como ha estado ocurriendo mucho en estos días.
Otro pensamiento surgió durante la conferencia de energía apropiada del lunes pasado, ahí se me ilumino la ampolleta y descubrí que desarrollo sustentable es desarrollo con Amor, amor por la vida, amor por el planeta, amor por nosotros humanos sin distinción, amor por las futuras generaciones…con todo lo que eso significa.
Así como sufrimos en estas semanas con algunas malas ondas y la violencia, también aprendimos que nos la podemos arreglar con menos, caminando, más equitativos con los que ya lo tenían que hacer desde antes…siendo solidarios y recibiendo esa solidaridad (¡gracias Charles y René por el combustible, gracias a muchas y muchos, hasta por las buenas vibras y amor recibido!), conviviendo en comunidad y olla común, sufriendo y luchando juntos, haciéndonos meditar en el devenir y en el futuro regional, ver mas allá de lo inmediato y también de disfrutar lo mediato… Que linda estuvo esa fuerza, creatividad y alegría que sentí en los jóvenes cantautores el sábado en la plaza…y también de sus campistas y el amigo de las sopaipas…Esos gestos de grandeza, así como los de muchos dirigentes y lideres como el Obispo, son los que nos enaltecen y hacen creer en que estamos para cosas grandes. Ese es el espíritu de Aisén que me gusta, el que creo debemos rescatar para continuar el proceso. Y claro, también, la solidaridad nacional, como en mayo pasado.
A su vez, valga la pregunta, y a propósito ¿Qué habría pasado si el centro estuviese ya con dependencia energética desde Aisén? ¿Esa dependencia no habría estado en riesgo de corte de ruta también? Y ahí, si que se habrían puesto las pilas y la represión seguro habría sido mucho peor. Es cosa de ver lo que les pasa a los que osan por cortarle el petróleo al imperio central mundial. ¿Es eso lo que queremos?
En síntesis, seamos nosotros mismos, seamos Aisén, construyamos un Aisén amoroso con Amor. ¿Tan difícil?