Tompkins Conservation - Hoy arribaron a Corrientes los dos primeros ejemplares de lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis), también conocido como nutria gigante, para incorporarse al proyecto de reintroducción de la especie que lleva adelante CLT Argentina (Conservation Land Trust), la fundación creada por Tompkins Conservation, en forma conjunta con esa provincia y con la colaboración de organismos nacionales como la Secretaría de Ambiente, la Administración de Parques Nacionales y el SENASA. Un macho de tres años de edad proveniente del Parken Zoo de Eskilstuna, Suecia; y una hembra de siete años proveniente del Budapest Zoo de la capital húngara, fueron donados por ambas instituciones para formar parte del proyecto que busca recuperar al predador tope acuático del ecosistema del Iberá.
La nutria gigante se extinguió en Corrientes a mediados del siglo XX principalmente por alteraciones en su hábitat y por la caza furtiva para el uso de su piel. Este mamífero acuático, que representa un importante recurso de ecoturismo basado en la observación de fauna en muchos sectores de su actual distribución, está considerado extinto en Argentina, y críticamente amenazado en la mayoría de los países donde se encuentra.
Sebastián Di Martino, director de conservación de CLT Argentina, dio cuenta de la vital importancia de traer de vuelta a otro de los grandes predadores del ecosistema de los esteros correntinos. “El objetivo principal del proyecto es alcanzar un Iberá cada vez más completo y funcional desde el punto de vista ecológico. Esta enorme área protegida que incluye al Parque Nacional y al Parque Provincial Iberá, ofrece muy buenas condiciones para reintroducir la especie. Gracias a su máximo grado de protección ya no presenta ninguna de las amenazas que la llevaron a la extinción en primer lugar.”
El lobo gargantilla es el mayor mamífero acuático de la región, y la mayor nutria del mundo. Con cola aplanada y marcas blancas en la garganta con un patrón específico en cada individuo, se caracteriza por ser un animal principalmente diurno, social y territorial, que vive en grupos familiares de hasta quince ejemplares. Su dieta se compone en un 99% por peces, y por ello son predadores topes en las cadenas tróficas de los cursos de agua donde habita.
Tras su arribo a la cuarentena ubicada en la localidad de San Cayetano (Corrientes), comienza un largo proceso para estos dos ejemplares, que llevará varios meses y que incluye los chequeos sanitarios pertinentes; la unión de ambos individuos — ya que no se conocen; y su posterior traslado al corral de pre-suelta en la isla de San Alonso, en el corazón de los esteros del Iberá, para su adaptación a la vida en libertad.
El proyecto de reintroducción del lobo gargantilla que se inicia con la llegada de estos dos ejemplares continuará durante muchos años hasta que pueda establecerse de vuelta una población de la especie en el Iberá y en Argentina.