Por Roland Robert
Definitivamente uno de los salmonideos más espectaculares que se pueden encontrar en los ríos del mundo es el salmon Chinook.
Aquel que ha roto todos los récords en las grandes migraciones del reino acuático.
Aquel que da la vida viajando y cruzando los mares más peligrosos del mundo para lograr que su adn siga con vida.
¿No basta con los obstáculos que ya la naturaleza les proporciona durante cinco o más años a este fabuloso pez? Los millones de kilómetros que recorre sin parar para que un idiota con una vara y un gancho acabe con su vida en menos de cinco segundos.
Me da pena que la gente no quiera a este pez, no saben cuan importante es para el ecosistema.
(1) Antes de morir el chinook debe desovar. Esto significa un aporte gigante de alimento para todo los peces que habitan el río en el que se produce este fenómeno, las truchas arcoíris y marrones esperan todo el año que esto suceda para poder comer los huevos que los salmones vienen a depositar en el fondo del rio.
(2) El chinook muere, las truchas comen todos esos restos de salmón muerto, huevos no fecundados. La flora que rodea el lecho del río se alimenta absorbiendo todos los nutrientes que libera la carne de salmón en descomposición.
(3) Gran parte de la fauna del bosque se acerca al río a comer de los restos que estos peces dejan a la deriva.
Asi como los osos en Alaska esperan a que el salmón llegue, aquí pasa lo mismo con los animales, los peces esperan por ellos.
El chinook no se come las truchas, no se alimenta en los ríos ni está buscando atacar por gusto, son territoriales, sólo atacan cuando una trucha quiere robar sus huevos.
¿Quieren acotar que esta es una especie introducida? Las truchas arcoíris lo son, las truchas marrones también, lo único que tenemos nativo son las percas, peladillas y bagres que hoy en día hay muy pocos porque las truchas arcoíris y marrones acabaron con ellos. No me vengan a hablar de la protección de especies nativas si las únicas que tenemos las maraton truchas incertadas que ahora cuidamos y protegemos. Entonces, ¿por qué no lo hacemos con el chinook? Por qué matarlo, patearlo en la orilla de un río y dejarlo ahí semi vivo hasta que un buitre le saque los ojos y finalmente muera lleno de vida por dentro.
Me da pena y ganas de llorar al escribir esto, porque se los aseguro, doy por hecho que si esto sigue así, con este nivel de ignorancia, el chinook se acabará y nunca más volveremos a ver en las aguas de Chile a este maravilloso pez.
Tengo 22 años, llevo pescando desde los 6 años por que he vivido toda mi vida a orillas de un río y lago. Por este pez comenzó mi pasión por guiar, comencé a trabajar como guía alrededor de los 16 años y en tan pocos años ver como la cantidad de salmones chinook disminuye es realmente triste, es para llorar.
Comprendan que estos peces aportan inimaginablemente a los ríos. Son hermosos. Ayudemos al chinook por favor.
A todos mis colegas y fanáticos del deporte, no bajen los brazos, por más pocos salmones que cada año suban, sigamos cuidándolos.
Guías, nosotros sabemos lo que valen estos peces.
El autor, Roland Robert, es un guía de pesca de Puerto Varas, Chile.