Nota del Editor: En la primera entrega de nuestra nueva sección "Bitácoras Patagónicas", un espacio para que nuestros lectores compartan sus aventuras y viajes en la Patagonia chilena y argentina, el fotógrafo y arquitecto chileno Santiago Bernales (29) nos cuenta su recorrido por una de las tres rutas de senderismo que se pueden hacer en la isla Navarino: la ruta del Lago Windhond.
Texto y fotografías por Santiago Bernales
Nos habíamos puesto la meta de recorrer los Dientes de Navarino, ruta que se había empezado a masificar hace algunos años. Investigamos profundamente los circuitos y finalmente decidimos hacer la travesía menos conocida, que nos llevó a parajes más remotos y australes de la Isla Navarino.
Viajamos a Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, y desde ahí tomamos el ferry hasta Puerto Williams, capital de la isla Navarino. Fueron aproximadamente 48 hora a bordo, en un viaje impactante a través del Parque Nacional Alberto de Agostini, que atraviesa canales como el Brecknock y Cockburn y entrega vistas de la Cordillera de Darwin, el Glaciar Italia y el Glaciar Roncali, hasta adentrarse en el Canal Beagle.
Desde Puerto Williams, la ruta Lago Windhond comienza el recorrido compartiendo el sendero durante los primeros dos días con la clásica ruta Dientes de Navarino. El primer día implica el ascenso hacia el Cerro Bandera, un camino con acarreos de piedra que nos dio vistas notables al Beagle y las primeras postales de los Dientes de Navarino.
Luego de pasar la noche en la Laguna el Salto, el segundo día abordamos un intenso ascenso hacia el Paso Australia y el Paso de los Dientes, cuyos alrededores ofrecen prístinos paisajes altoandinos de intensos colores. Tras efectuar ambos pasos muy temprano en la mañana, con mucha piedra suelta y vientos importantes, llegamos al monolito del Hito 16, que bifurca los circuitos Dientes de Navarino y Lago Windhond, y presenta una panorámica de impactantes bosques de lenga y lagunas altamente intervenidas por los castores, además de mostrar a la izquierda el Monte Bettinelli que después deberíamos ascender y atravesar.
"La ruta Lago Windhond es una de las tres que se pueden realizar en la Isla Navarino y tiene una extensión de 41 kilómetros".
La segunda noche en el campamento Bettinelli vino lo peor. Nos tocó una inesperada e intensa tormenta de nieve, justamente en el valle entre el Paso Dientes y el Monte Bettinelli, ambos trayectos altamente expuestos y con vientos que alcanzaron los 110 km/h. Debimos dejar pasar casi todo el día esperando que amainara la tormenta y se presentara una pequeña ventana, lo que ocurrió ya muy entrada la tarde y nos permitió efectuar el ascenso hasta la cima del Monte y su cruce, muy expuesto a los vientos y abruptas caídas.
Tras cruzar una planicie altoandina con los pelos de punta, vino la calma y pudimos ingresar por la Entrada de los Guanacos, que nos permitió descender por un bosque de ñirres hasta el valle del Río Windhond por un camino rodeado de turberas. Ya cayendo la noche dimos finalmente con el esperado Refugio Charles, construido en 1962 y ubicado al borde del Lago Windhond.
En el refugio, pudimos porfin secar la ropa mojada en una vieja, pero agradable estufa a leña. En adelante el camino se vuelve algo más tranquilo y pudimos recorrer durante el día los alrededores del refugio, observar el delta del río Windhond e incluso pescar en el lago, sabiendo que nos encontrábamos en el punto más austral que habíamos alcanzado en nuestras vidas.
El viaje de vuelta, bastante tortuoso a través de las turberas, castoreras y bosques del valle de Ukika, es sin embargo, un regalo a la vista y un paraje completamente remoto que recuerda tiempos milenarios, donde pudimos apreciar la cara oriente de los Dientes de Navarino (foto 10). La última noche la pasamos en un campamento contiguo al destruido Ex Refugio Beaucheff y tras cruzar el Paso Alinghi y algunas horas de caminata, pudimos dar finalmente con el bosque de coigües que señalaba la salida hacia la carretera y la vuelta a Puerto Williams, además de la culminación de una de las travesías más épicas que he realizado.
Este relato es el primer artículo de nuestra nueva sección Bitácoras Patagónicas, en la cual nuestros lectores se transforman en escritores de PatagonJournal, para contarnos sus aventuras y travesías por la Patagonia chilena y argentina. Si tú también quieres compartir tu historia, envía un relato de 400 a 800 palabras junto con fotografías de tu viaje a
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